Wednesday, October 01, 2008

Referents


¡Son éstas las montañas que yo prefiero! ¡Sombras benditas por encima de todas las sombras! Allí mis ojos se abrieron a este mundo; allí encontré la iluminación; y allí me ceñí los lomos para iniciar la búsqueda. Salí de las montañas..., montañas altas y vientos fuertes. ¡Ah, justa es la rueda! -Los fue bendiciendo todos: los grandes glaciares, las desnudas rocas, las morrenas y los montones de esquistos; árida meseta, lago salado escondido, árbol centenario y fértil valle de aguas abundantes, uno tras otro, como un moribundo bendice a sus familiares; y Kim se maravillaba de la pasión que ponía en ello.
-Sí, sí. No hay otro sitio como nuestras montañas-dijeron los habitantes de Shamlegh. Y se dedicaron a asombrarse de que los hombres pudieran vivir en la llanura, terrible y calurosa, donde el ganado crece hasta alcanzar el tamaño de elefante, y donde la gente es incapaz de arar la ladera de una montaña; donde los pueblos se tocan unos con otros, habían oído decir, a lo largo de cientos de kilómetros; donde las gentes salen a robar en grupo y, si dejan algo, la policía de encarga a continuación de llevárselo.


Kim
Rudyard Kipling

2 comments:

Pons said...

Que macuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuu!

Anonymous said...

quins cels.............
i trobar-se allà!!!!!!!!!