Friday, February 19, 2010

El poder del perro (III)

Pues claro que no, piensa Fabián. Todos conocen la historia de Rafael Barragos.
Se pregunta si ella también.
Rafi había asisstido a una barbacoa en el rancho, poco después de que Güero y Pilar se casaran, y estaba con algunos cuates cuando Güero sañió de la casa con Piolar del brazo. Rafi lanzó una risita, y en voz baja hizo una broma acerca de que Güero se había casado con la puta de Barrera. Y uno de sus buenos amigos fue a ver a Güero y se lo contó, y aquella noche sacaron a Rafi de su cuarto de invitado, fundieron delante de él la bandeja de plata que les había obsequiado como regalo de bodas, le metieron un embudo en la boca y vertieron la plata fundida.
Mientras Güero observaba.
Así fue como encontraron el cadáver de Rafi: colgado cabeza abajo de un poste telefónico en una carretera secundaria a treinta kilómetros del rancho, los ojos abiertos de par en par a causa del dolor, la boca llena de plata soldificada. Y nadie se atrevió a bajar el cadáver, ni la policía , ni incluso la damilia, y durante años el viejo pastor de cabras que vivía al lado habló del extraño sonido que producían los picos de los cuervos cuando perdoraron las mejillas de Rafi y golpearon la plata.
Y aquell lugar de la carretera llegó a ser conocido como Donde los cuervos son ricos.

El poder del perro
Don Winslow

1 comment:

Pons said...

Plata fosa quina bona idea!