Monday, January 05, 2009

A song of Ice and Fire

Casi todos son gente sencilla, hombres del pueblo que nunca habían estado a más de media legua de la casa en la que nacieron hasta que un día, un señor cualquiera se los llevó a la guerra. Mal vestidos y mal calzados, marchan tras sus estandartes, a veces sin más armas que una guadaña o una hoz, o una maza que se han hecho ellos mismos atando una piedra a un palo con tiras de cuero. Los hermanos marchan con los hermanos; los hijos, con los padres; los amigos, con los amigos. Han oído las canciones y las anécdotas, así que caminan con el corazón anhelante, soñando con las maravillas que verán, con las riquezas y la gloria que conseguirán. La guerra les parece una gran aventura, la mayor que vivirá la mayoría de ellos.
Luego prueban el combate.
Algunos se quiebran nada más probarlo. Otros aguantan años, hasta que pierden la cuenta de las batallas en que han intervenido, pero alguien que sobrevive a cien combates puede quebrarse en el ciento uno. Los hermanos ven morir a sus hermanos, los padres pierden a sus hijos, los amigos ven a sus amigos tratar de volver a meterse las tripas después de que los haya rajado un hacha.
Ven caer al señor que los llevó allí y, de repente, otro señor les grita que ahora lo sirven a él. Reciben una herida y, cuando todavía la tienen a medio curar, reciben otra. Nunca tienen comida suficiente; el calzado se les cae a pedazos de tanto caminar; la ropa se les desgarra y se les pudre, y la mitad se caga en los calzones porque ha bebido agua que no era potable.
Si quieren unas botas nuevas, una capa más caliente, o tal vez, un yelmo de hierro oxidado, tienen que quitárselo a un cadáver; no tardan en robar también a los vivos, a los aldeanos en cuyas tierras luchan, a hombres como los que eran antes ellos mismos. Les matan las ovejas y les roban las gallinas, y de ahí a llevarse también a sus hijas sólo hay un paso. Y un día miran a su alrededor y se dan cuenta de que todos sus parientes y amigos han desaparecido, de que luchan al lado de desconocidos y bajo un estandarte que ni siquiera identifican. No saben dónde están ni cómo volver a su hogar; el señor por el que luchan no sabe cómo se llaman, pero ahí está siempre, gritándoles que formen una línea con sus lanzas, sus hoces, sus guadañas, para defender la posición. Y los caballeros caen sobre ellos, hombres sin rostro envueltos en acero, y el retumbar de su ataque parece llenar el mundo...
Y el hombre se quiebra.
Da media vuelta y huye, o se arrastra entre los cadáveres de los caídos, o se escabulle en plena noche y busca un lugar donde esconderse. A esas alturas, los hombres quebrados ya ni piensan en volver a casa. Los reyes, los señores y los dioses les importan menos que un trozo de carne medio podrida que les permita vivir un día más, o un pellejo de vino agrio con el que ahogar sus miedos unas horas. Viven de día en día, de comida en comida; son más animales que humanos. Lady Brienne no se equivoca: en estos tiempos que corren, los viajeros deben cuidarse de los hombres quebrados, y temerlos... Pero también deberían compadecerlos.

Canción de hielo y fuego
George R.R. Martin


Els quatre primers volums m'han passat volant, així que només em queda esperar que l'autor escrigui les últimes 3000 pàgines... Suposo que deu ser com l'espera dels fans de Harry Potter, però aquí ja saps amb antel·lació que moriran personatges principals; que hi haurà sang i sexe, injusticies, confusions, casualitats i crueltats; que no hi ha bons ni dolents, els personatges actuen amb coherència a la seva condicó humana, amb els seus vicis i virtuts; i sobretot,que no hi surten uns salvatges de color verd ni mags totpoderosos (i si són gays, es diu a la novel·la, sense por de vendre menys). Fantasia? Sí, però de la bona, aquella en la que tot sembla real.

4 comments:

Pons said...

Hmmmm no té pinta que al final es casin i siguin feliços i megin anissos

Anonymous said...

La veritat és que preferiria que els gays fossin salvatges verds i repulsius, perquè això que totes les sèries tinguin tot de personatges perfectes amb només el defecte de ser gays em traumatitza molt.

En fi, m'hauré de plantejar demanar-ho si passo per la llibreria.

gary said...

Bé, poder t'interessaria més la saga de A song of ice and fire si t'expliqués com una bona part dels seus protagonistes no són massa agraciats: un nan, un manc, uns nens, una dona que sembla més un home, esguerrats, deformes, etc..

AhSe said...

S'assembla bastant a les histories vikingues del Bernard Cornwell.