Wednesday, January 06, 2010

'Moranu li Franchiski'

El 30 de marzo de 1282, cuando las campanas de Palermo llamaban a Vísperas, los ciudadanos sicilianos, al grito de "Muerte a los franceses", masacraron a la guarnición y a la administración de su Rey angevino. Para lo que son las matanzas, no fue muy grande; la sublevación de los sicilianos sojuzgados durante largo tiempo, pudo parecer simplemente un movimiento de resistencia más. Pero ocurrió en un momento crucial. Carlos, Rey de Sicilia, Jerusalén y Albania, Conde de Provenza, Forcalquier, Anjou y Maine, Regente de Acaya, Señor de Túnez, Senador de Roma, Gran Vicario de la Toscana, autoritario tío del Rey de Francia, protegido del Papa, estaba a punto de zarpar desde Sicilia para saquear Constantinopla, someter a su personal el Imperio Oriental y su Iglesia a la de Roma. Se había convertido en el gobernante más poderoso de Europa; habría sido el más grande desde el Imperio Romano. La rebelión de Sicilia le cambió el destino, y él así lo vio: "Dios mío", le suplicó, "ya que ha sido tu voluntad arruinar mi fortuna, permíteme al menos caer poco a poco". Y así sucedió, lo mismo que con su reino; y al haberse comprometido con su causa el Papado, su caída significó el suicidio de la monarquía papal universal.

Sir Steven Runciman sitúa el clímax en las Vísperas, y nos lleva hasta ellas con un amplio movimiento narrativo que abarca todo el Mediterráneo del siglo XIII. La acción culmina una conspiración urdida en Barcelona y Bizancio, con ramificaciones en Túnez, Jerusalén y Chipre, así como en Inglaterra y Alemania. La sostenida
fuerza narrativa de Runciman, ya conocida por los lectores de La caída de
Constantinopla 1453, se vuelve a mostrar aquí con brillantez.




PD: "When you play the Game of Thrones, you win or you die. There is no middle ground"

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