Sobre el Tsar:
El régimen era gobernado por un soberano que sólo tenía una idea y una preocupación: conservar la monarquía absoluta que le había entregado su padre, y dado que carecía de la inteligencia, la energía y la educación necesarias para completar esta obra, confiaba en sus favoritos. Su padre, Alejandro III, que deliberadamente evitó que su hijo fuera educado en los asuntos de Estado hasta haber cumplido los treinta años, desgraciadamente se equivocó en los años que habría de ocupar el trono, y murió cuando Nicolás tenía solamente veintiséis años. El nuevo zar, que entonces contaba cuarenta y seis años, no había aprendido nada mientras tanto, y la impresión de imperturbabilidad que causaba en todos los que le conocían ea, en realidad, una profunda apatía, propia de una mente indiferente que sólo veía lo superficial en todas las cosas.
Sobre el ministre de Guerra:
En lo que hace referencia a los preparativos para una guerra, el régimen quedaba personificado por su ministro de la Guerra, el general Sumjomlinov, un hombrecillo astuto, indolente, amante de los placeres, que pasaba de los sesenta años y de qien un compañero, el ministro de Asuntos Exteriores Sazanov, solía decir: "Era muy difícil hacerle trabajar, pero sonsacarle la verdad era completamente imposible". Después de haber ganado la Cruz de San Jorge en 1877 contra los turcos, Sujomlinov estaba firmemente convencido de que los conocimientos militares que había adquirido durante aquella campaña eran de una duración permanente. Como ministro de la Guerra les reprochó, durante una reunión de instructores del Estado Mayor, que mostraran interés por tales "innovaciones", como la bayoneta. No podía ni oír la frase "guerra moderna" sin experimentar un profundo disgusto. "La geurra como ha sido siempre, así será siempre (...). Todas esas cosas son meras innovaciones vicioasas. Fíjense en mí, por ejemplo: no he leído un solo manual militar durante los últimos veinticinco años". En 1912 licenció a cinco instructores de la Academia que persistían en enseñar la herejía de las "tácticas con armas de fuego".
LOS CAÑONES DE AGOSTO
Barbara W. Tuchman
Thursday, January 22, 2009
Sobre el bon govern
Tot i que personatges com George Bush facin posar en dubte les més profundes convicción pro-democràcia que pugui tenir qualsevol, només cal trobar una bona autocràcia per tenir alguns interessants contraexemples.
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